martes, 5 de febrero de 2013

Inocencia.

Es curioso como ve el mundo un niño. Hasta las cosas que todos aceptamos como evidentes son distintas desde su perspectiva.

Cuando era pequeño, me encontraba dando un paseo por una zona de compras llena de jugueterías y tiendas  de todo tipo. Llevaba mucho tiempo andando ya y pensé que era hora de descansar un poco y entré en la tienda más cercana suplicando enérgicamente que me compraran un muñeco o similar. Tras una larga y a la par inútil explicación de por qué no podía comprármelo cedí a la presión y salimos de la tienda. Anduvimos hasta llegar a un restaurante que se encontraba a diez eternos minutos de mi objetivo. Harto de las conversaciones de los adultos y del calor del sur tuve la genial idea de correr calle abajo, girar la esquina, entrar en la tienda y coger el juguete. Por último, tuve que ir a pedirles perdón a los dueños de la tienda y me volví al restaurante empezando a entender que lo que había hecho no estaba del todo bien.

Aun con unos años más a la espalda hay quien usa estos trucos para justificar lo que hacen, pero no es igual de fácil de perdonar a estos "inocentes".


















PedroL.

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